jueves, 17 de diciembre de 2009

Los contenidos si importan

Haciendo búsquedas por internet me he encontrado muchas entradas en las que dan poca importancia a los contenidos apoyándose en que las herramientas colaborativas harán el resto.

Mariano García, fiel seguidor de este blog, siempre acaba haciendo comentarios sobre la importancia de los objetivos formativos y su cumplimiento y en esta entrada, no sólo le voy a dar la razón, sino que voy a argumentarla.

No descubro el mundo si digo que el objetivo de un curso es la transformación. Una persona que tiene unas necesidades formativas, es decir, que no sabe algo o tiene un conocimiento erróneo sobre un tema, realiza un curso. Tras realizarlo, si el curso ha sido un éxito, acaba sabiendo lo que no sabía y/o modificando su conocimiento hacia algo más exacto.

Tampoco descubro nada si digo que ese curso, tiene que tener unos objetivos que lleven a esa transformación y para ello utilizamos distintos medios.

Por ejemplo, una metodología, unos contenidos, unas herramientas, unos plazos de cumplimiento y, como no, una evaluación que nos diga si los objetivos se han conseguido.

Esto, antes del e-learning, ya existía.

En un contrato programa o convenio de formación, se hace un análisis del sector, se definen las necesidades de formación y se destinan una serie de fondos para hacer que esas carencias disminuyan en el sector.

Parte de la formación que se realiza es en modalidad e-learning.

Pues bien, el objetivo está claro y nos falta como conseguirlo. Para ello, tenemos a nuestra disposición distintas herramientas cada vez más sofisticadas. En este blog intento dar a conocer recursos que pueden ser útiles.

¿Por qué hago referencia al contenido?. Porque es el elemento básico de estudio. Ese contenido puede ir en flash, pdf, html, ppt o en el formato que queramos. Puede tener mayor o menor interactividad pero si es malo, flojo o equivocado, el formato es lo de menos. Un cuadro no es mejor cuadro porque tenga un bonito marco, aunque si puede parecerlo.

En la actualidad estamos impartiendo un curso cuyo formato es plano y casi desagradable con un contenido magnífico. En contraposición con un curso realizado en flash con buen nivel de diseño y un contenido mediocre.

¿Sabéis cuál es el curso que tiene más éxito?

El bueno. Tenemos quejas por el formato pero los alumnos lo hacen y lo valoran mucho más positivamente que el otro.

Tengo experiencias magníficas con actividades colaborativas 2.0 y han sido de gran valor, pero no nos engañemos. La virtud no está en el formato, sino en el diseño de la actividad.

Un curso bien diseñado y con buenos contenidos es la clave para que sea bueno. El formato están en un segundo nivel y las actividades no se utilizarán si el alumno no tiene expectativas si no van a serle útil.

Ejemplo claro. ¿No te ha ocurrido que en un foro de un curso nadie haya participado?. Por supuesto que el foro es una excelente herramienta, pero si no se diseña bien es un adorno.

¿Se puede crear un curso sin contenido y sólo con herramientas colaborativas?. Sí. Con un buen diseño del curso y un buen dinamizador podría ser suficiente, pues hará que el alumno trabaje el contenido de tal manera que llegue a las mismas conclusiones planificadas en los objetivos. Por cierto, en formación subvencionada no es muy recomendable este diseño por el tema de la justificación.

¿Y dónde queda el contenido? El problema parte del diseño del curso. Tenemos unos objetivos y para cumplirlos tenemos medios. El contenido de calidad puede estar dentro del curso o que el alumno lo busque. Pero el contenido de calidad siempre tiene que estar.

Mi recomendación es que el curso lo incluya.

Cuando revisas las opiniones sobre la poca importancia de los contenidos, no se centran en los pilares de la formación, sino que son las propias herramientas quienes consiguen que, con la participación de todos se llegue al conocimiento y ahí es donde lo pongo en duda. Hay ocasiones que ocurre pero me temo que son una minoría.

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