sábado, 9 de enero de 2010

Justificación de la formación e-learning subvencionada (2)

A finales de octubre empecé a escribir en el blog la entrada Justificación de la formación e-learning subvencionada (1) y es el momento de dejar de describir situaciones y aportar soluciones que puedan ser aplicadas por la Fundación Tripartita o por los Servicios de Empleo de las CCAA.

Me gusta meterme en camisas de 11 varas. No conozco la base metodológica que sustenta el actual sistema de justificación, pero si se como lo articulan. Si no quieres leerte el artículo anterior se resumen en algo poco concreto que habla de realizar el 75% de las pruebas de seguimiento. Es decir, se fija en la asistencia y no en el aprovechamiento. En otro artículo hablaba del nulo peso de la participación o colaboración en el curso y de la necesidad de separar la formación on line tradicional de colaborativa en cuestiones presupuestarias.

Empecemos desde el principio. ¿Para qué son los fondos?. La respuesta más rápida es que son fondos para la formación en el empleo. La web de la Tripartita le dedica más tiempo ver. Resumiendo, esta formación tiene unos objetivos y se basan en que la formación tiene que ser útil y que los trabajadores puedan avanzar en su profesión.

Pero en los cursos e-learning o de teleformación están pidiendo justificar presencia aunque  de una manera poco concreta, con el 75% de las actividades de seguimiento que hayas diseñado.

Sinceramente, no me gusta. Es poco concreto, poco exigente y no está asociado a los objetivos de los fondos públicos.

Veamos que podemos medir para ver si pagamos o no pagamos el curso.

Los cursos tienen que tener unos objetivos, estos suelen ser de conocimientos, habilidades y actitudes. Para conseguir esos objetivos, el curso suele tener contenidos de estudio. En el caso del e-learning los formatos suelen ser variados, desde flash, vídeos, pdf, imágenes... Además de los contenidos, suelen tener actividades variadas también en varios formatos. Unas actividades suelen ser individuales otros pueden ser grupales o colaborativas.
Un curso también tiene que explicar las reglas del juego, los alumnos pueden preguntarle dudas o ampliación de contenido a los tutores los tutores tienen que pedirles que hagan cosas y darles feedback y mucho más.

Si concretamos algo, los criterios por los que se puede pagar podrían ser:
  • Presencia
  • Dedicación
  • Colaboración (opcional según objetivos)
  • Rendimiento
Con la presencia, criterio triste donde los haya, justifico que el alumno ha estado en el curso. Es como la hoja de firmas en el presencial. Certifico que este alumno se ha quedado dormido en la mesa al menos el 75% del tiempo en el curso y te pago. Es admisible como criterio mínimo. Por lo menos que haya entrado en la plataforma y que circule por ahí. Hace algo. Se mide con tiempos en plataforma.

Un segundo criterio, más cercano a los objetivos es la dedicación. Es algo más serio y estaríamos exigiendo que el alumno realice al menos un % del curso. Esto es, paso pantalla, paso pantalla, paso 1000 pantallas y puede que lo lea o no. Pero paso pantalla. Seguro que por aburrimiento, al menos, se dedicará a mirar alguna. En el mejor de los casos, las leo, analizo, trabajo con interés. Le dedico el tiempo que solicita el curso y hago lo que me piden.

Un tercer criterio unido a los entornos colaborativos sería la colaboración o participación activa en el curso. Participo en un wiki grupal o del curso, en el foro, en un chat... hago videoconferencia con el tutor u otros compañeros o resolvemos el caso en grupo. La colaboración en sí es una mezcla entre presencia y dedicación asociada a unas actividades tanto formales como informales del curso. Hay cursos que exigen la colaboración para conseguir el diploma. Hay actividades colaborativas claramente exitosas y otras poco. Al igual que hay participaciones en clase presencial poco contributivas.

El último criterio que trato es el rendimiento. El alumno mediante quiz, test, memorias, casos prácticos o cualquier actividad demuestra tener los conocimientos, habilidades y/o actitudes mínimos que requiere el resultado final del curso. Este criterio por separado también tiene complicaciones. Puedo ser un experto en una materia, realizar todas las evaluaciones y superarlas pero eso no significa que haya realizado el curso, sino que certifico que tengo esos conocimientos. Esa persona que no hace nada pero demuestra saber mucho no tendría que hacer el curso, sino un examen de certificación.

La situación se complica. pues tenemos muchos más criterios y ninguno nos vale. Pero no del todo, pues seguramente entre todos los factores tendremos un buen criterio.

Antes de avanzar, se pueden aplicar varios métodos. Un es de mínimos. El alumno aprobará con al menos un 5 sobre 10 o podemos balancear criterios. La suma total de los criterios tiene que ser 100. Por ejemplo, si el alumno avanza el 50% del curso y supera el 50% de la evaluaciones. También podría ser válida que el alumno avace el 75% y superarse al menos el 25% de las evaluaciones.

Parece lógico que el alumno tiene que asistir al curso, realizarlo y aprender. Si hace todo eso todos estaremos de acuerdo con pagar el curso.

El criterio más básico para medir la presencia en el curso es el tiempo de estudio en plataforma. Recuerdo que es el indicador más soft, por lo que, de tener un peso, sería bajo. Motivos, si el curso tiene mucha actividad que se puede realizar off line se le puede negar el diploma a un magnífico estudiante.

Dedicación. Depende de como esté diseñado el curso pero en algunos casos es fácil pero se puede complicar. El indicador puede ser % de avance. Si el curso es scorm en su totalidad es bien fácil. Si tiene actividades que tiene corregir el tutor, también pero deberían quedar registradas en la plataforma. A su vez, el porcentaje de avance puede dividirse por módulos. Por ejemplo, tiene que realizar al menos del XX% de cada módulo. De esta manera se permite no tener que revisar temas que uno ya conoce pero que el desarrollo del curso sea homogeneo.

La colaboración se puede medir de varias formas. La manera más fácil es contar cuantas veces ha colaborado un alumno. Dice poco pero algo dice y que sea necesario al menos un número de aportaciones. Es decir, al peso. También el tutor puede evaluar la calidad de la aportaciones e incluso sus compañeros podrían valorarse entre ellos. Ocurre lo mismo con un caso práctico. Es el caso es más complicado pero se puede hacer perfectamente. O evalúas actividad o resultados o un mix entre ellos.

Por último el rendimiento. Significa que evalúo si el alumno cumple o no y en qué nivel con las exigencias del curso. No me voy a meter mucho en el tema porque hay miles de publicaciones, pero me temo que aquí es fácil calificación de las evaluaciones. Podemos hacer todo tipo de modelos. % de pruebas superadas, media de todas las evaluaciones. Evaluaciones pre-post, examen final... evaluación del tutor. En cualquier caso, la solución acaba en una calificación y probablemente tendrá un mínimo para que sea aceptable.

Cuando daba clase solía explicar que el lenguaje suele dar las pistas sobre qué hacer. Vamos a una simple.
El alumno tiene que asistir al curso, realizarlo y aprender
Voy a poner sobre la mesa dos modelos simples que luego se pueden hacer más complejos.

  1. Justificación por mínimos. Para considerar que un alumno ha realizado el curso al menos deberá:
    1. Tener registrado un 10% del tiempo del curso en la plataforma. (Presencia)
    2. Haber realizado 75% del curso (Dedicación).
    3. Participado 4 veces el foro. (Colaboración).
    4. Aprobado el 50% de las evaluaciones. (Rendimiento).
  2. Justificación por pesos. Cada variable tiene un peso y el total de todos debe dar una puntuación mínima para justificarse el alumno.
    1. Presencia 10% + Dedicación 40% + Colaboración 10% y Rendimiento 40%.
  3. Justificación mixta. Cada variable tiene un peso pero con unos mínimos que cumplir.
Por supuesto se puede complicar mucho más. Pero ojo, una mayor complicación no significa más complicaciones burocráticas. Todo lo que planteo no dejan de ser fórmulas matemáticas que hace una máquina.

Por otro lado, hay mucho dinero en juego y se tiene que demostrar que se invierte correctamente.

Pero, ¿Por qué no se paga más un curso en el que demuestras que los alumnos han aprendido que por otro que sólo demuestras que han asistido?.

Seguramente si cambiamos los criterios de justificación, también deberían cambiarse la forma pagarlo.

Como no hay dos sin tres, habrá una entrada sobre el tema y lo dejo ya presentado.

Por supuesto, se pueden evaluar los cursos también por la satisfacción de los alumnos, por su trasferencia al puesto de trabajo o por su impacto en la empresa o, en este caso, en la sociedad.

Hay criterios de evaluación y de justificación económica mucho más potentes que los planteados hasta ahora y que ya se están aplicado, por ejemplo, en programas del Plan Avanza.

Lo veremos en un próximo capítulo.

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